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lunes, 15 de julio de 2013

Claves para tratar a un niño desobediente

La desobediencia se define como la negativa del niño a iniciar una orden realizada por otra persona a su cargo en un plazo de tiempo (5,10 o 20 segundos). Estas órdenes pueden referirse a hacer o no hacer una determinada conducta y se tiene que producir entre una persona de autoridad hacia otra de menos. Esto no debe de confundirse con la desobediencia estable y sistemática que se trataría de un problema que conllevaría un tratamiento y se trataría de un trastorno ya sea negativista desafiante o disocial.

Los niños suelen tener una continua batalla con sus padres para adquirir el control de su vida desde que nacen.
  • De los 0 a los 2 años los niños no protestan ya que no tienen un desarrollo cognitivo que les permita tener ese criterio.
  • Entre los 2 y 3 años comienzan las rabietas.
  • De los 3 a 6 años es donde hemos de enseñar normas de disciplina. En esta etapa no tenemos que dejarles elegir ya que en esta etapa adquieren los hábitos básicos de conducta.
  • De los 6 a los 8 años pueden comenzar un problema de conducta si no se ha inculcado una disciplina en la etapa anterior. En este caso deberíamos observar al niño y realizarles un seguimiento de su comportamiento.
  • A partir de los 8 años pueden producirse dos caminos, o reconducirse o producirse un trastorno negativista desafiante.
A continuación os señalo algunas técnicas útiles para tratar la desobediencia:
  • Centrar la atención del niño en conductas positivas, en hacer lo que tiene que hacer. Por ejemplo en hacer la cama, recoger su dormitorio, hacer los deberes...
  • Reconocer cualquier mejora de sus hijos. Entiendo que es una tarea difícil porque seguramente harán muchas cosas negativas o no harán lo que queremos que hagan. Por ello tenemos que destacar cualquier mejora que haga, por pequeña que parezca. Este reconocimiento sirve como retroalimentación del niño que aumentará su motivación y favorecerá la repetición de las conductas.
  • Es importante que los padres traten el mal comportamiento del niño como una excepción y no como una regla. Esto también es bastante complicado aunque es importante realizarlo ya que los niños suelen ajustar su comportamiento a las expectativas de sus padres.
  • Los elogios. Muy parecido al punto anterior es el de elogiar las conductas positivas del niño, esto refuerza su autoestima.

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