A lo largo de nuestra vida una de las
etapas más importantes es la formación de una pareja. Esta etapa se
inicia en la infancia y culmina con la elección de una pareja
estable en la edad adulta. En nuestra cultura no siempre se han
formado parejas por amor. Apenas hace un siglo, el matrimonio se formaba con
fines económicos y sociales que nada tenían que ver con el amor.
Actualmente, salvo raras excepciones, las parejas se unen por amor.
El amor es un proceso dinámico que se
va modificando, va pasando por una serie de etapas.
En toda pareja
existen crisis, ya sean de crecimiento, maduración o compenetración.
Lo importante es saber identificarlas y poner los medios necesarios
para solventarlas correctamente.
Cada pareja es única, cada miembro de
la pareja es responsable del curso que siga la relación. A pesar de
ello, la mayoría de las parejas presentan una serie de similitudes.
Cada pareja pasa por una serie de etapas:
- Fase de enamoramiento: al comienzo de
la relación no se observan diferencias entre ambos, se forman
unos objetivos comunes. Esta fase empieza a decaer cuando los deseos
y expectativas comunes no se consiguen de manera tan sencilla. Aquí
comienza una de las crisis cruciales cuya manera de afrontarla
dependerá que continúe o no la relación.
- Fase de desencanto: en esta fase el
individuo reconoce que la otra persona no responde a las expectativas
creadas. A veces se intenta modelar al otro para que actúe según pensaba, produciendo en algunos casos roles de dominancia-sumisión. Esta fase
se supera cuando ambos reconocen y aceptan las necesidades personales de ambos. Esta fase puede dar lugar a la
finalización de la relación por dificultades en la comunicación.
Si no finaliza la relación se pasa a la otra etapa.
-Fase de estabilidad: en esta fase ya
se produce una aceptación mutua. Se tienen en cuenta las aptitudes y
limitaciones de ambos. Afrontan sus problemas conjuntamente y se
relacionan con otras parejas y personas. Se establecen reglas,
compromisos, negociaciones y se tienen en cuenta los puntos de vista
y el grado de satisfacción de cada uno. En esta fase se puede
producir el estancamiento debido a la monotonía que puede provocar en
algunas parejas la finalización de su relación.
- Fase de compromiso: se produce una
aceptación real de la relación. Ya no se pretende cambiar al otro.
Se pueden cuestionar opiniones y comportamientos sin que surjan
duelos de poder.
- Fase de transcendencia: la pareja
esta en una fase más madura donde su evolución se ve influida por
sus actitudes, su creatividad personal y su flexibilidad.
A lo largo de estas etapas las crisis
van a tener un gran protagonismo ya que durante la relación van a
surgir momentos delicados en los cuales la falta de adaptación por
parte de ambos miembros de la pareja puede provocar la finalización
de la relación.